Por Javier Frontiñán
Hoy es el día internacional de la enfermedad de Alzheimer, patología que en España sufren más de 1.100.000 personas y más de 38 millones en todo el mundo. Estas cifras incrementarán exponencialmente con el creciente envejecimiento de la sociedad.
Se trata de la principal enfermedad neurodegenerativa, siendo la mayoría de los casos la llamada variable esporádica, donde el principal factor de riesgo es la edad, pero se desconoce su origen. Menos de un 5% de los enfermos padecen la variable familiar. A pesar de que no se conoce su origen, esta enfermedad se caracteriza por la aparición de estructuras patológicas en el cerebro de los pacientes, se trata de las placas amiloides y los ovillos neurofibrilares. También se considera que en el desarrollo de la enfermedad influyen factores como la inflamación o el daño vascular.
Actualmente no existe ningún tratamiento para esta enfermedad, de hecho aún no conocemos bien como funciona nuestro cerebro, ni tampoco sabemos ni el “qué”, “cómo” y “cuándo” de la enfermedad de Alzheimer. Me refiero a que desconocemos por completo qué causas inducen esta enfermedad, se ha visto que existen ciertos factores de riesgo como el tabaco, una mala alimentación o el sedentarismo, pero es que estos factores hacen mella en todos nuestros órganos conforme crecemos y envejecemos. Se desconoce por completo cómo estas estructuras aparecen, y aunque poco a poco las vamos comprendiendo, aún existe el debate sobre si las placas y los ovillos son causa o consecuencia de la enfermedad. Y lo que es aún más importante, no sabemos cuándo una persona comienza a estar enferma de Alzheimer. Se piensa que cuando el paciente es diagnosticado, puede llevar sufriendo la enfermedad hasta 20 años. Identificar la enfermedad en etapas iniciales sería crucial para poder tratar a las personas y para comprender mucho mejor el desarrollo de la patología. En definitiva, aún queda mucho por descubrir sobre esta enfermedad.
Por lo tanto, la única forma de detener el Alzheimer, insisto, la única, es incrementando la inversión económica en investigación básica y aplicada sobre esta enfermedad. Actualmente disponemos de los medios adecuados, la neurociencia está avanzando gracias a proyectos como el BRAIN o el Human Brain Project. Por lo que se requiere una apuesta valiente por la investigación, donde consorcios internacionales coordinen las líneas de investigación para no solapar esfuerzos. Se considera que al año, cada paciente de Alzheimer en España supone un gasto de 31.000 €. Con el envejecimiento de la población se multiplicarán los casos, incrementando este gasto significativamente. Las cifras hablan por sí solas y esto no debería pasar inadvertido para nuestra clase política.
No obstante, hoy también es un día para la esperanza. En nuestro país miles de investigadores, a pesar de las manifiestamente mejorables condiciones, siguen investigando esta enfermedad, siendo referentes a nivel mundial con grupos de investigación distribuidos por toda la geografía española. A nivel mundial, es una de las enfermedades más investigadas y todo esto, en conjunto, está empezando a dar frutos. Hace pocas semanas, por ejemplo, se publicó un estudio sobre el Aducanumab, un nuevo anticuerpo que reduce las placas amiloides, es solo una primera aproximación, pero ya se está realizando un ensayo clínico a nivel mundial para comprender el verdadero potencial de este fármaco. Diferentes estudios están demostrando como una dieta equilibrada, mantener el cerebro activo, la práctica de ejercicio o casos más concretos como el consumo de omega 3, pueden estar ligados a una menor predisposición a padecer esta enfermedad. Sin ir más lejos, en mi tesis doctoral, he estudiado como el tratamiento de un modelo de ratón con antioxidantes, puede reducir el progreso de la enfermedad.
Sin duda, el mundo de la investigación está volcado con esta enfermedad. Pero de todas las personas, quién hoy se merece un mayor reconocimiento y recuerdo, son todos los familiares y cuidadores de enfermos de Alzheimer. Su labor es crucial y necesaria, haciendo todo lo posible día a día para facilitar la vida de los enfermos. Hoy quiero recordarlos, también a todos los médicos, enfermeros, terapeutas que también ayudan a estos pacientes. Recordar también a ese patólogo bávaro llamado Alois Alzheimer que supo ver más allá de lo que decían los manuales de su tiempo. Un día para recordar a Auguste Detter, quien tiene el triste privilegio de ser la primera persona diagnosticada de esta enfermedad, y también es el día para recordar a las millones de personas que la han precedido, alcanzando cifras epidémicas. Recordar también a todos aquellos artistas que han sabido transmitir lo que esta enfermedad supone, como a Juan José Campanella con su excelente “El Hijo de la Novia”, a Paco Roca por su fantástico cómic “Arrugas” o al cantautor Andrés Suárez por su canción “Rosa y Manuel” o al legado pictórico de William Utermohlen, entre muchos otros. Recordar a nuestros políticos la necesidad de una mayor inversión en I+D+i, la única forma de frenar esta enfermedad. En definitiva es el día para recordar, recordar, recordar, y hacerlo por todos aquellos que olvidaron como.