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Guillermo es un inventor; de profesión, pasión y vocación. Y no lo decimos nosotros, lo dice su mentor, Peter Quinlan, que sólo lo conoce desde hace apenas un mes. Su dominio es la electrónica: los cables, las placas, los transistores y los diodos, y en cierto sentido es como el Sr. Lobo de Pulp Fiction: soluciona problemas.
Guillermo consiguió desarrollar un sistema de control de seguidores solares (básicamente unas estructuras parabólicas con complejo de girasoles que concentran la luz en una placa solar) logrando el funcionamiento deseado y abaratando a una décima parte el coste al cliente. En una empresa ferroviaria solucionó un problema con el sistema de megafonía, por el que ya habían pasado varios ingenieros sin conseguirlo. En otra, relacionada con las máquinas recreativas, va diseñar e implementar desde cero un sistema que fusione dos sistemas de juego de distintos fabricantes, necesario tras la adquisición de una nueva empresa. Además, en la última empresa, colabora con la UPM (encargados de realizar el proyecto) gestionando la implantación y supervisando el desarrollo.
Por si fuera poco, en sus ratos libres, nuestro Sr. Lobo está dando forma a su multiefectos para guitarra y bajo, obteniendo las ventajas del sonido analógico y del control digital simultáneamente, y añadiendo la opción de configurar, vía bluetooth, el amplificador asociado y el propio multiefectos.
Aunque a Guillermo le faltaba algo: ponerse en órbita. Y digo «faltaba», porque en breve va a conseguir ese sueño de infancia: la empresa Flemming’s Electronic Company le ha seleccionado para diseñar el motor de iones de un cohete espacial!! Se encargará del rutado (dibujo de los conductores en una placa) de la electrónica de potencia, así como del diseño y programación del sistema que implementará la comunicación entre los distintos elementos y el ordenador central. ¡De Celera, al espacio exterior! Estamos orgullosos de ti, Guillermo. ¡Enhorabuena!

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