Foto de Rolfe Kolbe
Queridos Reyes Magos,
En primer lugar perdonad mi ausencia en escribir estos años atrás. A veces nos enfrascamos en la dinámica frenética del día a día y olvidamos prestar atención a las cosas más importantes, a esos detalles que algunos toman de insignificantes y que, sin embargo, son los que pintan de colores la película de nuestra vida.
Así que este año he retomado alguna de las costumbres de antaño, y entre ellas he cogido papel y lápiz y me he puesto a escribiros. Se que ahora me leéis sobre un claro y ordenado texto justificado, pero he de confesaros que esto ha comenzado como comienzan casi todas las cosas de nuestra vida, con garabatos, tachones, e ideas que poco a poco se van entrelazando con la magia cohesiva dibujada a lápiz sobre un papel.
Sé que son muchos años en los que no me tomaba el tiempo de redactar mis deseos en una carta, y es por ello que este año he decidido hacerlo no sólo por mi, sino por todos esos niños (y no tan niños) que recibirán vuestros regalos esta noche.
Queridos Reyes Magos, este año os pido que olvidéis los catálogos, esas páginas en las que aparece el maletín de médico, el coche de policía, los lego de arquitecto y el quiminova. Este año os pido que olvidéis vuestras expectativas, los anhelos escondidos entre las páginas de ese folleto, la presión social y los miedos. Y este año, más allá de los regalos que dejéis bajo el árbol o al lado de los zapatos de cada niño, os pido que les regaléis Libertad.
Libertad de esa que no tiene un camino marcado y de la que da algo de vértigo a veces. Libertad para comprender la Ley de la Gravedad sobre unos patines, para estudiar la arquitectura mágica que esconde una partitura, o para conocer la teoría que mantiene nuestras montañas en pie. Libertad para probar muchos caminos, para experimentar muchas aventuras, para cometer muchos errores.
Porque aunque no lo creáis, esta multidisciplinaridad será la clave, la llave que abrirá más puertas que el maletín de médico, los legos de arquitecto o el quimionova. Porque aunque no lo creáis, puede que esa Libertad sea el billete más importante que vais a regalar a cada uno de esos niños.
Ya no hay un futuro asegurado con un título. Puede que el catálogo se haya quedado obsoleto y sigamos empeñados en pedir lo mismo una y otra vez. Quizá alguien debería realizar esta comprobación. Más que nada para facilitar vuestro trabajo y también el nuestro. Pero bueno, mientras esto ocurre os pido de nuevo que este año os olvidéis de catálogos, y expectativas y anhelos y miedos y este año regaléis Libertad.
Libertad para elegir ser un poeta ingeniero, un periodista músico o un científico artista. Porque, y aunque puede que me equivoque, creo firmemente que la magia, la diferencia, reside en encontrarle la poesía a la ingeniería, la música al periodismo o el arte a la ciencia.
Y para ello, como ocurre con casi todas las cosas en esta vida, hay que atreverse a hacer garabatos, y caminar muchos senderos, y trazar diferentes trayectorias…. Y poco a poco descubrir que estos garabatos, estos caminos y estas trayectorias se irán entrelazando, con la magia cohesiva dibujada a lápiz sobre un papel, en este caso puede que el de nuestra vida.
Queridos Reyes Magos, este año regalarnos el apoyo, la fuerza y la confianza que se necesita para jugar a eso de hacernos una profesión a medida.