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Por Javier Frontiñán
Hace poco más de una semana, tuve la gran oportunidad de asistir a Starmus junto con Jose Miguel González gracias a Celera. Ha sido una de esas experiencias que marcan un antes y un después en tu vida, a continuación relato brevemente lo que ha supuesto este evento.
El recibimiento en Tenerife fue mucho más frío de lo que esperábamos, la temperatura en el aeropuerto del norte de la isla era unos 20º más baja que en nuestra Ciudad Real de origen. Pero al tomar la guagua hacia nuestro destino, nos dimos cuenta que la temperatura era mucho más agradable, un anticipo de lo que nos esperaba durante esta inspiradora experiencia.
Poca más de una hora después ya habíamos llegado a nuestro destino, “Starmus, tribute to Stephen Hawking” un evento, cuya idea solo podría caber en la mente de un visionario como el astrofísico Garik Israelaian. Este evento, famoso en todo el mundo por la presencia de Stephen Hawking, es mucho más que la presencia del famoso físico teórico. A lo largo del escenario de la Pirámide de Arona han pasado varios premios Nobel, astronautas, divulgadores de primer orden, famosos investigadores, etc., con un colofón final del que hablaré más adelante. Auténticos nombres propios de la ciencia como David Gross, Neil deGrasse Tyson, Brian Cox, Martis Rees, Kip Throne, Elisabeth Blackburn, Edvard Moser, etc.
Nos dimos cuenta de la índole del evento, al ver las largas colas de acceso el día que Stephen Hawking daba la charla, todo ello acompañado de un impresionante despliegue de seguridad, por suerte, conseguimos sentarnos en la segunda fila, estando a pocos palmos del famoso físico. Sin duda la suya fue una de las charlas más inspiradoras. A lo largo de casi una hora, Hawking, contó la “breve historia de su vida”, ofreciendo un discurso cargado de mensajes potentes, llenos de vitalidad y de optimismo para todos los que nos dedicamos a la ciencia:
«Althought life seem difficult, there is always something you can do and succeed that». Stephen Hawking.
Pero la mayoría de las charlas estuvieron a la altura de la del famoso físico, una de las que más inspiradoras fue la del astronatua Chris Hadfield, quien hizo una apología de la necesidad de la inversión en I D i en pos del progreso de la humanidad y de la necesidad de que todos los que nos dedicamos a ello, seamos modelos para las futuras generaciones. Durante las ponencias, se lanzaron mensajes que hacen reflexionar a cualquiera como cuando Neil deGrase Tyson sugirió que quizá el próximo Einstein esté muriendo de hambre en Etiopia, haciendo una apología a la necesidad de un mundo globalizado donde todos tengamos las mismas oportunidades.
Podría hablar largo y tendido de cada charla, pero eso ocuparía un libro tamaño estándar y ese no es mi objetivo hoy. Por qué Starmus ha sido mucho más que charlas.
El aire inspirador que se respira en el evento ha sido una recarga de batería, mejor que el más lujoso de los balnearios y también una reafirmación de mi compromiso con la ciencia y con la necesidad de hacer de este un mundo mejor.
Starmus también nos dejó tiempo para conocer la isla y hacer turismo e incluso darnos un baño en el Atlántico.
El cierre del evento fue un macroconcierto de más de 5 horas en honor a Stephen Hawking. Si hace unos años me hubiesen dicho que vería sobre el mismo escenario a Hans Zimmer y Brian May interpretando “Time”, hubiese dicho a mi interlocutor que sería un sueño hecho realidad…Y es que eso es lo que ocurrió como clausura del concierto. Creo que ninguno de los asistentes olvidará jamás lo acontecido en el Auditorio de Tenerife. El famoso compositor, ganador de un Oscar, ofreció un concierto acompañado por unos increíbles efectos visuales relacionados con la exploración espacial, elaborador por varios científicos dirigidos por Kip Throne y por el equipo de efectos visuales ganador de un Oscar por Interstellar. Por el escenario también pasaron Sarah Brightman, la orquesta sinfónica de Tenerife, Chris Hadfield, Rick Wakeman o la banda de rock progresivo Anathema, que interpretó junto a Stephen Hawking el mítico Keep talking de Pink Floyd…sin palabras.
Además de charlas, música e inspiración, de esta gran oportunidad me llevo el contacto de varios premios Nobel, haber podido charlar con Neil deGrasse Tyson, Chris Hadfield, Richard Dawkins (quién por cierto, firmó mi ejemplar de “El gen egoísta”) o Russell Schweickart. También me llevo material para varias decenas de artículos de divulgación científica y una amplia gama de contactos de primer nivel para añadir a mi red. Por todo ello, nunca me cansaré de dar las gracias a Celera, por esta gran oportunidad.[/text_dd][/column_dd][/section_dd]